9/25/2009

Compulsivos, bipolares, apasionados y cerrados por vacaciones.



Todo y nada. Todo es amor, dulzura y toda locura en un segundo.
Cabeza sin pensamiento, brazo a la deriva, incluso pensamiento hiriente de fuego e ira. En un momento todo salta.
Como dice la jaculatoria Dios es amor, hace el tiempo más rápido y que la ira amanse.

Dualidad, bipolaridad, ¿seremos dos en uno?, y lo que es uno, ¿es malo?, ¿es peor?, ¿es retraso?, el uno y el otro. El uno sin el dos ¿es algo? ¿El alto necesita bajo? Cordura es locura.

Los brotes psicóticos, los pseudosbrotes y cabreos son fruto de un exceso o un defecto o de una alteración de uno de los vértices que definen nuestra personalidad. Necesitamos estabilidad, equilibrio, sosiego, pero también elasticidad y cintura.

Que difícil es pasear por Serrano y por Quebrantahuesos. Recoger chaquetas en Jorge Juan y pimientos en Sanzoles. Bañarte en la playa y secarte en los Pelambres.Son apasionantes y enriquecedores estos cambios. Rompen la monotonía; considero que lo difícil es adaptarte y estar cómodo. Y no pasarnos de punto de marchitez.

Nos pasamos toda la vida buscando puntos: De equilibrio, de sensatez, de cordura e incluso G. ¿Que buscamos? Llegar al límite del bienestar, del placer, de la estabilidad… A veces, esta puede matar la pasión, y ahuyentar la alegría, la espontaneidad, la improvisación. La estabilidad da seguridad, pero, ¿crecemos?, ¿damos rienda suelta a nuestros deseos? buscamos eso… unas veces si y otras no.

Lo tengo claro, si te sales, o te sacan de tu entorno, medio, radio de acción, o punto de equilibrio, explotas, saltas, hieres, subes y bajas en movimientos desacompasados y discontinuos. Disparas. Debes volver. Por favor, darme tiempo y volveré.

Un exceso de cordura puede provocar locura. ¿Y un exceso de locura? ¿Te lleva a la cordura? No. Te hace desfigurado, resalta lo peor, lo mejor, pero, estas sobre un punto. Necesitamos dos, pues buscamos equilibrio y estabilidad.

Siempre dos mejor que uno, y complementario más y mejor; Isabel, hemos cerrado por vacaciones y cumplido objetivos con más brotes de los esperados.

9/15/2009

Cenas y reuniones de amigos, enemigos, primos, putas y demás…


Hoy en día, no se si antes, creo que no, pues es una práctica establecida por las clases medias (Antaño casi ausentes en la sociedad y con otros hábitos sociales) están muy extendidas esas cenas en las que prima que los hombres se sitúen por un lado y las mujeres por otro; o las de yo pegado con mi esposa, amigo, amiga e incluso primo.
También tenemos los de “yo me siento con este”, o cerca, que me rió, me lo paso fenomenal; por no citar las de “los listos” cuyo fin es con aquel…que voy hace negocio”…etc.

Estas reuniones y esta gente tan participativa son por lo menos aburridas. Y las personas con estos comportamientos, me atrevo a calificarlas de poco inteligentes y poco ingeniosas. Rápidamente les delata como lo que son, Gente vulgar, por muy adornados y perfumados que parezcan.



No es el día en el que hablaremos de cubiertos, codos, bocas…. pero si os relato atrocidades con las que nos encontramos habitualmente y que podríamos y deberíamos modificar:

Ningún comensal debe dirigirse solamente a una persona, sino que su conversación debe estar dirigida hacia todos. También es conveniente que se traten temas que puedan resultar interesantes para todos los presentes. De este modo, la cena y la conversación resultarán animadas y amenas.
Tampoco es buena costumbre rechazar un plato. Si el invitado tiene una dieta estricta o no le agrada alguna comida, debe comer poco y actuar como que lo está disfrutando para pasar inadvertido. Aunque no coma mucho, al menos participa en la cena y en la conversación y acompaña a los demás comensales. (Siempre y cuando sea invitado…)

Hablar en cualquier tipo de reunión social resulta sencillo para la mayoría de las personas, aunque no siempre lo hagamos de forma correcta. En algunas ocasiones hablamos sin preocuparnos demasiado por el vocabulario utilizado y por como decimos las cosas, debemos (yo el primero) vocalizar.



Tenemos que dirigirnos a otras personas procurando no hablar de personas que no estén presentes y mucho menos si es para hablar mal de ellos, casi todos lo hacemos… y a mi es lo que m á s puede gustarme, pero….
Hablaremos de forma pausada, clara, sin alzar demasiado la voz. ¿Conocéis alguien que hable más alto que yo? Debo corregirlo. La voz es algo innato en nosotros pero educarla es solo cuestión de disciplina. Así que trabajare por vocear.

No es lo mismo mantener una conversación entre dos personas que hablar en un grupo. Una conversación entre dos personas suele ser más personal. Una conversación en grupo es más social y hablar de aficiones o temas de actualidad fomenta un buen ambiente para que todos los comensales puedan intervenir.

En algunas conversaciones nos podemos encontrar con gente excesivamente tímida. Lo mejor que podemos hacer es tratar de involucrarlo en la conversación. Que se sientan integrados. Si no responden, a estas alturas de la vida, lo que tenemos en la mesa, son unos perfectos maleducados, desde ese momento ignorarlos será la mejor de las estrategias. La mayoría de los tímidos son grandes y prudentes conversadores.
Después de muchas experiencias en las que te esfuerzas por intentar agradar e integrar y te encuentras con monosílabos por respuesta a todas tus manifestaciones, creo que lo mejor que pueden hacer estos personas es rechazar toda invitación. Se arriesgan a ser calificados de maleducados, zafios, secos, setas, rancios…. Su leyenda correrá por la sociedad. Una cosa es que evitemos que haya personas aisladas en una conversación y otra que te tomen por gilipollas.

La elección de la comida es importante, la elección de los vinos también, e incluso la del lugar, pero lo que de verdad importa son los comensales. Si los eliges bien la cena de amigos, enemigos, primos, putas y demás de será un éxito.