9/23/2010

Otoño elegante



Otoño elegante
Ya llega el otoño. Atrás dejamos nuestros calores, rumores, viajes, aguas cálidas y empinadas calles castellanas. El ir y venir. Quiero ya los días cortos, las hojas y la elegancia, el saber en la calle.

Llega con un feliz final. Todos sanos y salvos, Ya nos hemos despojado de nuestros pantalones cortos, nunca bermudas y nunca piratas. Esa prenda tan horrorosa que inunda nuestra geografía. Me preocupa, pues traspasa la moda poligonera ¡es moda! Está en la calle. Por gloria, no en todas. Debemos luchar contra ella. También diremos adiós a la sandalia masculina y femenina, pero en especial a la masculina. Adiós también a esa chancla rasa, simple con reminiscencias chinas, otra aversión vestida de comodidad.

Recuerdo una tarde sentado y disfrutando en una terraza y tener que pedir la cuenta deprisa y corriendo. Tan a gusto con mi agua mineral con gas Perrier, unen el estilo y la tradición de un agua única. De repente algo me hizo tambalearme. Unos dedos garfios diciéndome hola, y sin parar de moverse. A mí alrededor. Atrás y adelante. No deba crédito. Otras veces, grietas sin fin en talones y manicuras caseras que a nadie interesa. ¿Por qué nos exponemos de esta manera? ¿Qué necesidad tenían esos pies de saludarme? No es lo suyo.
Tengo una proposición para la próxima temporada. En las tiendas de calzados y comercios de ramo, cuando vendan estos artículos tan diáfanos y aireados los acompañen de una crema, un set de manicura, tarjetas con la dirección de un de podólogo, o de unos calcetines. Para esto hay que tener gracia. Está claro. Te tiene que pegar y lo tienes que llevar como si nada. Yo personalmente me inclino porque el dependiente de la zapatería nos muestre otros conceptos de calzado. Hago alusión para que las revistas de moda/tendencias femeninas de la próxima primavera-verano regalen un librito en vez de la chancla con el ejemplar editado.

EL look calcetinero es muy difícil y complicado de llevar a la realidad. Hay que tener un determinado estilo y desparpajo. Fuera.

Mejor el otoño. Es mucho más elegante, esperar el frío del invierno. Y sus amarillos tapados con looks clásicos, naturales, y algo de color. Busquemos nuestro estilo con armonía, no necesitamos todos los excesos. Ser y resultar elegantes es sencillo y más en invierno.

Menos mal que vuelve el estilo británico. Atrás quedaron los excesos de lo absurdo. Todo está inventado. Un consejo: cuantas menos marcas y más pequeñas mejor. ¿Alguien ha visto algún EdV lleno de caballos gigantes, anagramas, logotipos...? Jamás.

Admito mi pecado. Me dejé llevar por unos Slippers.Soy muy clásico y Castellano y con un poco de color me basta. No lo volveré a hacer. Creí tener 18 años. Ponedme penitencia.

4 comentarios:

Zârck. dijo...

Hombre, una cosa es que el hombre use sandalias y otra que lleve los pies hechos un asco. Los pies deben cuidarse e hidratarse en verano e invierno, igual que las manos.
Yo uso sandalias en verano y desde luego tengo uñas y no garras, y nada de talones agrietados.

(¿no vamos a hablar de los pies/manos de las mujeres mal cuidados verdad?)

Saludos desde el Jardín.

Josué dijo...

PERO Zârck ESTARAS DE ACUERDO CONMIGO QUELA MAYORIA.... DEJA MUCHO QUE DESERAR. Y ALGO BIEN CUIDADO COMO TU JARDIN ES DE ADMIRAR E IMITAR

GRACIAS

Zârck. dijo...

Me sorprende que te guste mi Jardín, al leerte te tenía por más... conservador. En todo caso bienvenido y pasea por el cuando te plazca.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Alpargata o mocasín para la playa (recomendado Castañer y TODs, respectivamente).
De acuerdo por completo en que el otoño trae la elegancia británica, sobre todo en el calzado, que ya sabeis que, cuanto más incomodo y menos "aireado" mejor....).

Mirindo SR.