12/30/2010

Ya no y mis labios callaron



San Silvestre ya esta aquí, una año más. Nunca me gustó, Mi día es el de Reyes. Siempre pensé que lo mejor para despedir el año era trabajar y una oración de bienvenida al año nuevo. Una buenísima forma de comenzar bien el año. El 31 de diciembre es fecha de nacer.

Tensiones de despedida. Año tras año buscar para acomodar. Declive de sociedad. No lo entiendo, retrocedemos. La sociedad del bienestar no es la sociedad de la educación. Mañana es día petardos, trompetas, colorín que no tienen fin. Muchos te dicen todo lo que comen y todo lo que beben. Miras y callas ¿Qué decir? Marcas y cantidades incluidas. Desmesura y desproporción. Los más osados hasta el precio. Una vida por descubrir y tanto que abandonar... No me interesa nada. Es ordinario y vulgar. Dinero, metros. Y mi mirada un poco 'amused' y en algunos casos perdida. Diré más, incómoda... Hay que dar la impresión de que nos relacionamos con gente importante. Y más con esta nueva ola de presumir por embutir.

Sí, es un día de quedarte en casa. De tomarte una copa de Loess. Disfrutar sin excesos. Sin vulgaridad, sin bufanditas blancas de semi-etiqueta (nunca aceptada) sin smoking de tergal. Lazadas pegadas y zapatos boom. Sin caras pintadas de brochazos. Ojos de princesa balinesa. Sin recogidos de cascada. Es hora de discreción. De abrazar queriendo. De perdón. De suma de intenciones. Y pretensiones. Un año más y yo tan fresco. Quiero abrir mi casa y portarme de diez.

Amanecer de nuevo año. Hora de retirada. Agua en las calles, la especulación y el morbo se esfumaron, la desmesura voló, cara agotada, frío. La vuelta es demoledora. Es hora de concierto y saltos.

Muchas veces es mejor olvidar círculos viciosos. Con pocos años y con ganas de amor pueden distraerte, aunque esa mancha va a ser del todo imposible que desaparezca. Mejor otros, mucho más divertidos, y con más clase. Siempre. Mejor reír y compartir

Antes explicaba, hoy callo. No puedes hablar de modales extraños, casi ultramar. Amar al prójimo es volcarte. Fuerza. Lengua suelta dichos y hechos contados con risas para con la mar madurar. Tu esfuerzo, no se entiende, no gustan o parecen absurdos. Lo absurdo me hace claudicar. Muros cayeron, ya no y mis labios callaron. Lo siento soy de aquí. Quizá de ultramar. Mañana allí en la ultramar de mi corazón nos reuniremos con toda la familia, Madre, hermanos, sobrinos. Después, a casa a descansar, porque tanto viaje necesita reposar y un año para... tú decides.

12/22/2010

Papá Noël, no gracias.



Papá Noël, no gracias.

El sábado pasado presencié un lamentable espectáculo en un centro comercial. Iba con mis hijas. Ojear los juguetes y poder completar la carta a los Reyes era nuestra misión.

Hija, ¿te gusta? Sí. ¿Y para Teresa? Sí, todo. Así desfilábamos por pasillos y cabeceras de góndolas.
¿Y los Reyes? Por ninguna parte. Todo era rojo, rojo silencio (procesión), rojo pasión, rojo que me lleves, rojo que te cojo.

Todo con, Papá Noël y Mamá Noël. Mamá Chichos. Esas pieles de armiño conjuntadas con minifaldas de vértigo... invitaban a comprar no se sabe que.

Un tío gordo, obeso, con pinta de viejo verde colgado por techos, esquinas, frutas, productos de… todo ¡perplejidad! ¿Y los Reyes?
Das media vuelta y te encuentras con otro que te ofrece unas mini lonchas de chorizo, lomo, fiambres (un promotor de la obesidad). Otro pasillo y Papá Noël mueve sus caderas sin parar y una risa socarrona. Bailar sin parar, al lado de los besugos. El año que viene, lo imagino haciendo promoción de alguna clínica semíclandestina. ¡Anímate! Papá Noël ya se hizo un lifting. Y una foto trucada con un antes y un después. O pierda 50 kilos en una semana.

Nunca había tenido manía a Papá Noël. Me era indiferente, incluso algo decorativo, pero llega un momento en que me carga. Empecé a cogerle un poco de asco al rojo, al gordo y al chorizo y a todo lo que anuncian. ¿Y los Reyes?

Cuando salimos del supermercado nos vamos a ver el Nacimiento del centro comercial. Bien. Figuras grandes invitando a la reflexión y recreando el Misterio. Casi de Salcillo. Bien escenificado.
Cuando creí que había olvidado al finlandés… otro Papá Noël. Esta vez, a modo de paje de Reyes Magos. Me hundí por completo. ¿Y los Reyes? ¿Los pajes? ¿Y esa majestuosidad? todo mediocre, basura.
Allí estaba el Papá Noel versión Correos. Lo peor de lo peor, un tipo tirado, con una pinta de maleante de mucho cuidado. Poca gracia, deshilvanado, a ras de suelo, desdibujado… sin empaque. Un traje rojo, lo más acrílico, lo más barato del mercado. Y un escenario sin palabras. Difícil describir cuatro palos a modo de marco. Ni un niño en sus rodillas, nada (menos mal). Eso sí, con un ayudante secretario, feo, pero muy feo, cualquiera se acerca, con cara medieval. Lo mismo te mete mano y se queda con la cartera, que te ofrece maría, que te roba el astracán. Creo que estaba fumao. Seguro.

Suerte tiene Papá Noël de no existir, (los Reyes, sí) porque si existiera, y con estos tiempo que corren, estos dos estaban en la cárcel por allanamiento de morada real. ¡Pero quién hace la selección de personal!¿Y la puesta en escena? Mis hijas salieron corriendo, miraban asombradas y con pocas ganas de acercarse a ese par. ¿Y los Reyes?.
Yo tampoco llego a los extremos de Lady Gaga que apuñala a Papá Noel en sus conciertos, pero estoy un poco harto. ¿Adónde vamos? ¿Dónde quedan las tradiciones? Son nuestro legado. La teatralidad, la majestad, la devoción, la espera, el respeto a los reyes, las formas y modos reales. El sueño, la realidad. Su elegancia, sus ricos ropajes. Son eternos. ¿Recuerdas? ¡Qué nervios! ¿Qué van a traerme los Reyes? Hasta el último día de vacaciones sometido y a lo mejor te traían una naranja. Era misterio.
Porqué desarraigar la fiesta de los Reyes Magos y todas aquellas fiestas nacionales/regionales o locales. ¿Qué complejo tenemos? Si todo el mundo muere por lo mediterráneo, por nuestra historia y por conservar lo poco o mucho que tienen.

¿Imagináis a Italianos, franceses, egipcios, griegos,... renunciado a sus tradiciones? Yo tampoco. Son la fuerza de su riqueza cultural. Y estamos nosotros como para deshacernos de lo único que nos genera movimiento. Debemos cuidar y fortalecer nuestra potencial cultural, nuestras tradiciones, por supuesto, sin renunciar a nada, pero ¿dónde están SS MM los reyes magos de Oriente? ¿En el recuerdo? Búscalos y avísame. Que tengo una carta par ellos.

12/16/2010

A bailar a bailar.




A bailar a bailar.

Estos días pienso en el dicho “Después de la tempestad viene la calma“. A veces, ante situaciones límite, nos (me) alteramos, perdemos la cabeza, el sueño, la razón y algunos hasta el sentido del humor. Yo muchas veces. Parezco otro. Me repongo rápido.

Intento que esa presión que sufrimos, o que nos ponemos algunos, ante la adversidad no me pueda. Lo siento, me vence. ¿Cómo lo hacen los demás? ¿Cómo lo superan? Llorando, durmiendo, bebiendo, practicando…. deportes de riesgo. Trasplantes de corazón. Sin duda, están tocados, están de suerte o la buscan.

Quiero una escalera y subir; subir y ver el vaso lleno, medio lleno o casi lleno. Quiero dejar de ser un sentimental. ¡ojo¡ no dejaré de escuchar a Julio Iglesias. Un lágrimas. Quiero ser hielo, telón de acero. Desconfiado y distante siempre. Alguna vez lo he intentado. No lo hago mal. No estoy a gusto, no me va, incluso creo que siempre lo haces con el más débil y eso, creo que no esta bien.

Así que lo mejor, fuerza, positividad, distracción, mucha conversación y rodearte de lunares, volantes y el mundo por montera. A bailar a bailar. Que es lo que toca. Y campana sobre campana.

Hoy después de ducharme, y de no pegar ojo es lo que hago. Verme mucho mejor, incluso atractivo y buen día. Ya estoy disfrutando de la calma, pensando en el fin de semana en mi casa de la Ribera Alta de la Príncipe de Asturias. No, no me he cambiado de casa, pongo adjetivos. Me olvido de los asuntos más incómodos, diarios y de trabajo, como los presupuestos, los pdf, los retrasos de libros y me concentro en temas algo más frívolos. He pensado en darle el sitio oportuno, si lo encuentro a la negatividad. No quiero volver a llevarla puesta. No quiero ese escenario desolador. Estoy disfrutando ya con la carta a SS MM Los Reyes, con su vista, con su presentes, con las reuniones queridas. Con Valmoro y Mantel Blanco y sus efectos relajantes me dan equilibrio. ¿Irán con receta?

Aprender de las dificultades nos ayuda a caminar hacia el gozo, el disfrute. Hacia la familia. Muchas piedras encontramos que nos hacen detenernos en el camino. Paramos, Nos limpiamos los zapatos (es lo más importante de cualquier traje) y tocamos trompetas que nos abren camino como en nuestra Semana Santa. Avanzamos y crecemos, hacemos callo.

En mi traje, hoy llevo otra capa, de frivolidad. Estoy encantado. Tengo la oportunidad de desarrollarme laboralmente (tengo trabajo), paseo por los alrededores de Madrid, con una puesta en escena fantástica, el arte inunda la calle, muero por lo alternativo, es lo más, gratuito y Vintage no tengo que pagar ticket (Pan Bendito - Carabanchel), Soy un luchador de sueños, sigo soñando con…. todo aquello que me gusta y que pienso que con mi billete de lotería lo tengo a mi alcance. Y dar y amar es siempre mejor que, que te den.


Sergio, GRACIAS por la foto y por todo

12/09/2010

Queda Menos








Queda un año menos para vernos

Tu ausencia física casi no me importa. Te tengo, incluso, más que antes. Te veo todas las mañanas. Cuando me voy, me giro al cerrar la puerta, miro tu retrato. Día a día me dices lo que hago bien y lo que no. Miradas… Oigo perfectamente lo que me dices. Como siempre, media sonrisa socarrona, y yo tan contento. Labio inferior fuera, me haces pensar todo el día, algo no te gusta. Tu cara cambia. Los colores hablan. Tu palabra me llega.

Remuevo todas tus cosas, tus pasiones, todo. ¿Me dejas? Perdóname, Tu pasaporte de embajador, tus diseños de logotipos para el Esla, congresos, trajes, tus cartas al Príncipe de España, tus fotos, tus excesos…. Lo cojo con alegría y ninguna nostalgia, tengo tu permiso.

Sí, queda un año menos par vernos, y estoy contento. Lo estoy. Atrás dejaste tu calvario. Fue un camino duro, una vez dictada sentencia –Los demás nos lavamos las manos– y tú te encaminaste hacia tu particular camino de perfección. Llevaste tu cruz, aguantaste bien su dolor y su peso. Penitencia y ofrecimiento por los pecados. Seguro que hubo momentos de mucho sufrimiento, incomprensión, de tirarlo todo. Los hubo, y cirineo encontrase que te puso en camino para que tú sólo siguieras.

Mofas, lástimas, humillación ¿tu pudor?, te hicieron asomarte al infierno, nunca entrar. Era la penitencia impuesta, gozada y quizá soñada. Suerte tuviste, te pudiste presentar sin pecado. ¿Seguro que lo soñaste? Como cuando hacías tus penitencias y ayunos en silencio.

Seguro que esa mañana de 10 de diciembre festividad de Nuestra Señora de Loreto la virgen del Carmen te avisó. "Antonio… Antonio, vamos, que no llegas, que ha llegado tu hora". –Con la guerra que me has dado toda tu vida para que te avise y ahora…. voy, voy… quería dejar todo preparado a Paloma–. Ya estoy. Adiós. Os dejo mi vida, mi legado, mis mandamientos. Mi corazón, mis amigos. Mis luchas.
Ya estoy cansado, la lucha terminó. Madre mía, déme el brazo, solo no puedo. ¿Aquí hay toros? ¿Y quirófano? ¿Coca-cola? ¿Dónde están los de Zamora?

Nos dejaste y seguro que las ramas de olivo, laurel y las palmas te esperaban agitadas. Te recuerdo y vivo con tus manos abiertas con ganas de abrazar, de tocar, de palpar. Tu boca abierta pidiendo. Pidiendo tan poco, después de tanto dado. Nadie entregó tanto. Sí, rodeado de egoístas. Incapaces de ver y asimilar tu generosidad, tu palabra y tu trabajo.

Aquí quedó tu cuerpo. Y digno, grandioso, sosegado, como buen patriarca, caminaste y te adelantes para abrirnos el Camino. Lloramos a la Virgen en un adiós familiar, nostálgico y gozoso.
Y un año después te sigo queriendo más que a mi vida. Con resignación e incomprensión. Porque sé, que nadie me quiso tanto como tú. Gracias.

Padre, adiós, nos vemos.

12/02/2010

Suena mi polítono. ¡Ánimo!


Ayer uno de diciembre, estaba cansado, todo eran prisas, todo ignorancia, creía ser y no era. Quería llorar y no podía, no tenía motivos. El día era oscuro, frío y desagradable. Quería organizar mi vida, la de los demás y el tráfico.



Otra vez más, mis fantasmas. Tuve un ataque de “ego”, me podía la vanidad. Disfruto con mi presencia, quiero ser reclamo, quiero estar y ser. Llámame. No me olvides. Estaba derrotado. Necesitaba tu presencia, sí, la parte positiva, la alegre la que me hace caminar. Me enmarañaba.

Cabizbajo me metí en el coche, me dirigía hacia la imprenta. Todo bien. ¡Si me hubiera visto¡ Cara de profundo aburrimiento todo el día, era incómodo a veces. Era llamada de atención, hubiera querido un poco de cariño, un hola, un hasta mañana, gracias. Me hubiera gustado ¿Por qué no lo pido? Me pudo una vez más la soberbia.

El día prometía y quedó en nada. Las luces de Navidad que tanto me gustan, no las encontré. Volvían a los años sesenta. Reaccioné. Alberto es sabio. Lo que no se puede pagar, no se puede poner. Qué pena, luces sin luz, atisbos, me dio pena. Menudo día y encima tengo que meter barriga para abrocharme el pantalón.

En ese momento cambié el CD del coche. Sorpresa, ya tenía una sonrisa de oreja a oreja. Mi estado de ánimo dio un vuelco, se hizo la luz, busqué algo distinto a lo habitual y di en el clavo. ¿Quién era? Rocío Jurado. Llenó con fuerza todo, de energía, de lágrimas con Inmenso. Tu amor es inmenso, subía por Velázquez y vi luces. Surfeaba por sus cuerdas vocales según iba subiendo el tono y la intensidad. El color se hizo, bajé un poco la ventanilla. Quería compartir con todo el mundo mi satisfacción, mi buen estado de ánimo. Mi nueva cara. En un segundo todo resurgió como un resorte.
La imaginaba llena de sedas, manos abiertas hacia arriba y caminado. Lo consiguió. Sí, comprensible, la música me hizo ser infinitamente más atractivo y 'classy' .Volé.

A veces, un pequeño cambio en nuestra rutina, nos devuelve. Dejamos atrás el estado de hastío. Que suenen gaitas, tamboriles… Seguro que en ese preciso instante en algún lugar suena esa música que te hace soltarte el botón y disfrutar.
Suena mi teléfono. El polítono soy un truhán soy un señor. ¡Ánimo Chato! El día es tuyo.