12/02/2010

Suena mi polítono. ¡Ánimo!


Ayer uno de diciembre, estaba cansado, todo eran prisas, todo ignorancia, creía ser y no era. Quería llorar y no podía, no tenía motivos. El día era oscuro, frío y desagradable. Quería organizar mi vida, la de los demás y el tráfico.



Otra vez más, mis fantasmas. Tuve un ataque de “ego”, me podía la vanidad. Disfruto con mi presencia, quiero ser reclamo, quiero estar y ser. Llámame. No me olvides. Estaba derrotado. Necesitaba tu presencia, sí, la parte positiva, la alegre la que me hace caminar. Me enmarañaba.

Cabizbajo me metí en el coche, me dirigía hacia la imprenta. Todo bien. ¡Si me hubiera visto¡ Cara de profundo aburrimiento todo el día, era incómodo a veces. Era llamada de atención, hubiera querido un poco de cariño, un hola, un hasta mañana, gracias. Me hubiera gustado ¿Por qué no lo pido? Me pudo una vez más la soberbia.

El día prometía y quedó en nada. Las luces de Navidad que tanto me gustan, no las encontré. Volvían a los años sesenta. Reaccioné. Alberto es sabio. Lo que no se puede pagar, no se puede poner. Qué pena, luces sin luz, atisbos, me dio pena. Menudo día y encima tengo que meter barriga para abrocharme el pantalón.

En ese momento cambié el CD del coche. Sorpresa, ya tenía una sonrisa de oreja a oreja. Mi estado de ánimo dio un vuelco, se hizo la luz, busqué algo distinto a lo habitual y di en el clavo. ¿Quién era? Rocío Jurado. Llenó con fuerza todo, de energía, de lágrimas con Inmenso. Tu amor es inmenso, subía por Velázquez y vi luces. Surfeaba por sus cuerdas vocales según iba subiendo el tono y la intensidad. El color se hizo, bajé un poco la ventanilla. Quería compartir con todo el mundo mi satisfacción, mi buen estado de ánimo. Mi nueva cara. En un segundo todo resurgió como un resorte.
La imaginaba llena de sedas, manos abiertas hacia arriba y caminado. Lo consiguió. Sí, comprensible, la música me hizo ser infinitamente más atractivo y 'classy' .Volé.

A veces, un pequeño cambio en nuestra rutina, nos devuelve. Dejamos atrás el estado de hastío. Que suenen gaitas, tamboriles… Seguro que en ese preciso instante en algún lugar suena esa música que te hace soltarte el botón y disfrutar.
Suena mi teléfono. El polítono soy un truhán soy un señor. ¡Ánimo Chato! El día es tuyo.

No hay comentarios: