1/12/2011

José, el más grande.



Han pasado las Navidades, para algunos cursis, enfadados con la vida, las fiestas del solsticio de invierno. Gilipollas. Perdón. Toda una vorágine de acontecimientos de idas y venidas. Calles, niños, coches, divinas y algún mueble que me sobra. Pero jamás a la basura.

Nos hemos contenido, hemos disfrutado, por eso la vuelta a nuestro particular “cole” es tan dura. Miro el calendario y menuda nos espera, hasta 21 de abril sin fiestas. Por suerte o por desgracia (suerte) tenemos que apretar las manos (nunca los puños) y mirar hacia el horizonte más cercano con ilusión y trabajo.

Ayer, por fin quite y guardé el árbol, luces, velas, reposteros y el Belén o Misterio. También las tarjetas de Navidad. Las ojeaba de nuevo y me quedo en el recuerdo con la de nuestro buen amigo José. Siempre fiel a su cita con la Navidad y el santoral. Buena gente, buenas costumbres.

Se impone, lo impone la foto familiar para felicitar la Navidad. Modas de familia real socialmente bien vista, y de artistas y comerciantes. Siempre atentos a cualquier promoción. No dejar pasar oportunidad de salir, maravilloso corazón, maravilloso. La familia real, opta por la opción de las nuevas tendencias demócratas aconfesionales. No ofender, reyes para todos…. si, tiene que ser así. Atrás quedaron la corte y Constantino dijo ¡Adiós! Aprender de los errores, por la causa siempre. Felicitar con tarjetas no esta pasado, algunas estéticas sí. Las buenas intenciones son siempre cortesía, prueba de buena educación.


Me pareció impresionante (la de José) nada de photoshop, todo humano, real y auténtico. Ninguna pretensión. Las mejores caras de verdad. Esto sí que tendría que estar más de moda. La verdad a cara descubierta. El glamour, lo fashion…. es de horteras recién llegados, no se sabe en qué tren. Y el daño que hacen a nuestra sociedad.

El sitio elegido para el escenario de la foto es una especie de casa con aires de cortijo rural, creo que se ha reconvertido en salones para festejos, comuniones y algún entierro celebrado en honor del finado. A veces, se celebra el adiós, por la bolsa llena dejada para los de aquí. Cohetes para el que se va, champaña francés para mí.

No pierde la sonrisa sobria nunca, a su lado, sus hijos y retratados su madre y su esposa. Encuadre de intención. Recuerdo y presentes. Lo más importante de su vida. Lo comparte con todos nosotros.
No es mi escenario y creo que no lo será, pero agradezco su felicitación, la espero. Es su vida, son y han sido su fuerza y motor. Lenguaje de vida. Me alegra saber que no los olvida y que es quien vino.

Es señor de los ruedos, conoció muchos momentos de gloria y los que le quedan. Supo tener las zapatillas quietas, antes y ahora. Hombre fuerte y sensible. Siguió adelante apoyado y arropado por su familia y amigos. Nunca se desvinculó del mundo del toro, es su vida, ahora con la ganadería y ya veremos la prole. Dijo adiós a los ruedos ¿Será la definitiva?…Conociendo a José, nunca se sabe. Lo lleva en la sangre y sangre entregó ¿volverá? no lo sé, pero yo espero a la próxima Navidad con sus buenas y nobles intenciones.

No hay comentarios: