3/17/2011

Arte para vivir


Arte para vivir

Como bien sabéis muchos, siempre me gustaron las antigüedades, la pintura, la escultura, la arquitectura y las artes decorativas.
Me gustaría que en mi casa reinara la armonía. Eso sí, con algún toque o punto de locura, –creo que esta afición me vine de mi padre–. De vez en cuando daba un golpe de timón y lo ponía todo patas arriba. Unas veces más acertado que otras. Recuerdo una de esas veces, todo fabuloso, amplio confortable, bien distribuido, pero que nos colocó la nevera en el “cuarto de estar” de casa. Lo devolvió a su sitio natural pasados unos meses. Supongo que debió de ser la causa por la que en aquellos años yo estaba un poco nervioso, desequilibrado. ¿Edad del pavo? No lo creo, era la nevera. Una experiencia.

Recorro almonedas, casas de subasta, desembalaje, mercadillos. La pintura, los objetos en desuso raros me hacen enloquecer y los precios de los anticuarios aún más. A las ferias de anticuarios de Madrid me lanzo en busca de piezas singulares. Siempre intento encontrar cosas divertidas y no muy caras y que nos gusten a todos, puzzle imposible de combinar.
Punto y aparte son los objetos antiguos –me fascinan–, ahora tan en desuso. Tanta historia. Es abrazar el pasado. ¿Qué hubo? ¿Quién te saboreó? ¿Quien engastó? Son silencios que hablan despacio, refinado y pausado, incluso si utilizas el mata-carcoma. Es Arte en tus manos.

Contemplo y puedo estar horas observando un cuadro, una composición fotográfica, un objeto de plata –poca gente me comprende– es imán para mí. Algo hay ente la plata y Josué. No sé lo que es, pero hay algo. Es una atracción enloquecedora. Sobre todo con la antigua y pesada. Es energía, son vida, reluce con la mirada y turba su color cuando la olvidas.

Esta afición, podría o podrá ser mi forma de ganarme la vida. ¿Me lo creo? Me falta una patada y formación, pues la afición ya la tengo desde hace mucho tiempo. Es un mundo que me atrae enormemente. Ser anticuario, chamarilero, coleccionista… Me gusta la pintura, la barroca religiosa de la escuela Sevillana, el tenebrismo, pero más aún Miró y la simplicidad del vacío, o el silencio en las esculturas huecas de Oteiza, su Maclas. Es vida, es arte. ¿Será la llamada erótica del poder? Si no estuvieran tan cotizadas... ¿Me gustaría? Creo que no. ¿O sí? En mi caso el gusto radica en la fuerza. De comunicación y conmoción, las que existen entre la obra y el observador.

Quisiera ser mecenas. Miento; ser el Barón Thyssen-Bornemisza, rodearme de todo aquello que me gusta, ver las paredes y huecos de mi casa llenas de colores, brochazos perfectos o imperfectos con contraste o sin él, con o sin simetría, con proporciones, desmedíos… sueño y sigo soñando. Me confieso: me hubiera gustado ser por un momento Juan Antonio Roca (“Caso Malaya”) y tener un Miró en el cuarto de baño, un Tapiès en la cocina, o la fuerza del cubismo actual de mi amigo Guillermo Muriel en cualquier parte de mi casa. Quiero que exista un diálogo con el arte y que todo lo que yo tengo –muchos sueños- que formen parte de mi vida cotidiana, Y no puedo tenerlo todo. De momento, yo no voy con bolsas de basura llenas (¡No me hagáis concejal!) y me conformo con obras gráficas.

A pesar de lo mucho que sufro (jejejeje) por no tener todo aquello que deseo…. Cuando la veo en museos, revistas, libros, o en casa de alguien, ¡me merece tanto la pena!… La paliza mental es impresionante, por eso digo que sufro. Por mucho que os cuente no podéis haceros la idea de la que se organiza en mi cabeza: las neuronas se arremolinan, se empujan, flashes, los gritos me pueden… ¡¡¡Como podría yo dar rienda suelta a mi afán posesivo!!! Pues... con los pies en el suelo. Busco la sonrisa y hacia adelante. Son mis “petites histoires” con el arte.

Me gusta La decoración con estilo clásico, que considero es un ejemplo de sofisticación y refinamiento, de buen gusto y elegancia. ¿Por qué? Pues porque es acogedor, La simetría es la regente de la decoración. Recordáis.-

http://conletrainglesa.blogspot.com/2009/07/simetría-inglesa.html.

- Simetría inglesa y con sorpresas ya es la leche. Ahora no es su tiempo. Las tendencias actuales son: el hormigón con cemento pulido. Es tiempo de crisis, nada vestido. No es tiempo de recargar, ni de acumular. A pelo. Auguro que, en cuanto se acabe la crisis, volveremos a interiores más suntuosos nos envolverá a todos la opulencia en nuestras casas. Las piezas imaginativas, divertidas, los plásticos, los diseños escandinavos, austeros, y el minimalismo exagerado volverán atrás. Lo “royal”, lo noble, las ricas maderas, los buenos materiales se implantará de nuevo.

Muchas veces es una tomadura de pelo cómo piezas de los años 50, 60, y 70 son cotizadas como joyas. Fueron años de cambios, movimientos radicales, transgresores, nos invadieron los plásticos y todos los derivados del petróleo, junto con una imaginación desbordante, pero nada más. El diseño era impecable. Pero de verdad que analizándolo, considero demasiado atrevidos y sobrevalorados algunos de sus precios. ¿Quizá porque no terminan de gustarme del todo? Sí.

Creo que apostar por el arte de la mezcla, buscando lo esencial, la sencillez y la sobriedad nos traerá buenos acordes. Además podemos y podéis adivinar infinidad de características de nuestra personalidad: atrevido, inconformista, aburrido, simple, disipar, imaginativo, ordenado, sucio, cuadriculado, aventurero, culto... Todo lo que querías y más. Lo propondré para la próxima selección de personal: entrega tu CV y una foto de tu casa. Conforman tus señas de identidad. ¿No lo crees?

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