4/27/2011

Ser elegante es….



Ser elegante es….

Ser feliz y hacer felices a los demás. Saberte adelantar a una petición, es hacer, sin hacer ruido. Es dar lo que uno no tiene y más. Es facilitar la palabra al otro. Darle el sitio y la risa. Nunca es ser sumiso, pero sí servicial.

Un elegante nunca molesta, es más, diría yo que siempre bien acompaña. Da sin motivo, no pide jamás. Siempre vive con dignidad y señorío. Su sitio son las relaciones públicas, facilitar las relaciones entre iguales y distintos. Tienen un sentido que les hace alejarse de advenedizos y de chupones y salen victoriosos de ninguna batalla –nunca se enfangan–. Son pacíficos. Te consideran de su clase y te administran la categoría que no tienes, les sobran eso. Es la elegancia de verdad (EdV)

Nunca ofender, callar antes. Mirar hacia otro sitio, es galantería que sufre sólo de pensar que puede herir u ofender, buenos modales su cometido. Es mi meta. He de ser modesto, indulgente, cortés, generoso, me va, sí, me costará, ya lo creo, pero me va. Sentido común, discreción y respeto.


El elegante es gracioso, nunca grotesco, ni metepatas. Sencillo, suave en sus movimientos. Corto en los adjetivos, aunque siempre acertados. Así pues, la elegancia es una disciplina humanística que resulta de varios elementos, ninguno terrenal. No hay escuela de negocios en la que se impartan estas asignaturas. Sí hay maestros visibles a los que debemos imitar y twitear. Síguelos y olvídate, ellos te guían. Son una lección de sapiencia infinita y espejo en el que mirarnos y ante el que rendir pleitesía.


La elegancia es una cualidad innata, nada tiene que ver con llevar un buen aspecto. Nada, pero también, son otras cosas: es una demostración constante, primero de sencillez y después, de inteligencia o “dones”, si nunca se aprende. Es entrega acabada, ligera, no recargada, son caminos sencillos por complicados que fueran. Lo que tengo aún que aprender… no apruebo ni en septiembre.

Los EdV están en la sociedad. Si los conoces mételos de llenos en tu vida, te darán suerte, alegría y buenas vibraciones, si te portas bien, una foto en el Hola o en Sol y Luna y mil duros ganaras. En el trabajo explótalos, cerca de ti, como relaciones públicas, como parapeto, todo lo paran con suma naturalidad. Y siempre con palabras cortas y precisas. Armonía de color nunca polarizado. Nunca piensan que lo saben todo y tinen cierto sentido de la estética, un cierto equilibrio en su vida y encima jamás hablan de dinero. Pero naturalmente controlan sus ingresos y gastos, no son nuevos ricos, controlan su patrimonio.

Seguramente no sean santos, pero vienen precedidos de una aureola quizás de color azul. Su máxima productividad, inflexión, punta o vértice en el que todo lo entregan, lo hacen bajo el ritual de la pie: ese día, no usan jabón, se duchan con agua templada y muchos sentimientos hacia el prójimo. Siempre después de ducharse, esencia en el cuerpo, según los rituales de seducción blanca. Silencio. Pensar en seducir. Aromas envolventes y el lema “cautivar cuanto vea” y mano de EdV. No confundir con sexo. Todo se rinde a sus pies. Sus maneras, sean naturales o artificiales serán calificadas de elegantes ¿Quién no se rinde ante una mujer o un hombre EdV?

Me encantaría ser así. Ser un EdV. Imagino que tanta entrega les hace ser sexualmente activos (muuuuuuuuuuuuuuu), volcán de entrega y lava de calor. Yo quiero y quizá puedo y necesito ser un EdV. Ofrecer a su pareja lo que desee y más. Si su ofrecimiento no es aceptado, no volverá a insistir, es un EdV, pero no se dará el caso.

¿Quién no ha visto y se ha dado la vuelta al ver a una mujer EdV? Es otra cosa, no son bellezas al uso. Su forma de caminar, mirar, hablar pausadamente, sentir… las hace distintas. Imán para mí, por suerte, ya tengo una. No hay en ellas nada "frívolo ni falso", todo es personalidad y carácter. ¡Ojo! que te dan un bofetada y te quedas como nuevo, todo exquisito y femenino, es lo que hace que una mujer sea elegante o no lo sea.

Son esencias que hay que beber, saborear y disfrutar. A veces la sociedad- vulgo rechaza a los EdV. La ignorancia se atreve con todo, incluso con los que son diferentes. Huye de "malas" costumbres, de la gente excesivamente ruidosa, de el botellón. No te vistas en cualquier lugar como si estuviésemos en la playa -chanclas, bermudas, sudaderas- y jamás descuides el aseo personal. Y de paso, "no comas el postre con cuchara”: vas por buen camino para ser un Edv.

2 comentarios:

Esther Montes Blasco dijo...

¡¡ me encanta !! besos Josué. Muy chulo tu post.

Josué dijo...

Y más chula tú, y tus fotos. Que imaginación... que envidia