8/29/2012

Triste adiós


        Esta mañana La Iglesia de Santa María de La Horta,- la parroquia de nuestra cofradía -era un auténtico hervidero de gente, multitud  de caras conocidas de la Semana Santa de Zamora.
   
         Bien es sabido que la vida es mitad champan y mitad pena, penita pena. Y lo peor es que  nunca se sabe  cuando toca una u otra. Es más, puedes tener temporadas de una  y no de otra.  Hoy toca la peor:  la marcha, la marcha de  nuestro “Pepe”. El desconsuelo sin límite para la familia.  La amargura y el adiós sin despedida. Sin tiempo.  La prisa, el no ver su cara y verla a todas horas dibujada en nuestros sueños. Todo tan  reciente  que no hay momento para la reacción.
  
            Para todos y cada uno de nosotros  es un honor poder acompañar cada domingo de Resurrección  a Dios hecho Hombre,  crucificado y resucitado.  Momento de encuentro  y alegría después  de la angustia  sin despedida. Pepe, como  buen  director de procesión, pese a su juventud,  se nos adelanta una vez más para guiar y enseñarnos el camino. Él que tanto controlaba los tiempos,  se adelanta para abrir el camino,  solo  y mostrando su dignidad  nos dice hasta pronto.
     
        Aquí deja a su familia unida por el dolor, pero también  la esperanza de  que él seguirá  guiando sus vidas. Siempre impecable, reflexión y  socarrón. Cada domingo  de Pascua  cuando suenen los primeros  cohetes nos acordaremos de quien  guió  a nuestro Santísimo Cristo Resucitado, y ya  a su derecha acompaña.

        Descansa en paz.